04 junio 2009

Ganas de todo, no; ganas de nada.

Uff, no hay ganas de nada.
¿Pero qué me pasa ultimamente? No encuentro la razón por ninguna parte.
Sigo de exámenes, sí, es verdad. Dan ganas de gritarle al mundo lo mucho que lo odias y echarle la culpa de todo. Pero no es la mejor solución.

Es como si navegase por un mar de bruma en el que yo fuera un barco sin rumbo, obligado a sacar su vida adelante pero sin saber en qué dirección hallará aquello que tanto anhela.
Y es frustrante sentirse así. Es absurdo.

Ya no me da tiempo a nada. Sólo puedo estudiar, estudiar y estudiar. Y es interminablemente agonizante. Bueno, interminable no: la semana que viene todo esto quedará como un vago recuerdo que querré olvidar.
Pero de saber que lo iba a pasar tan mal...y eso que sólo estoy en secundaria. Cuando vaya a la universidad ¿¡se puede saber qué puñetas haré cuando vaya a la universidad!? Me tiro por la ventana directamente.
Y yo que quiero ser abogada. Majeta, te lo vas a tener que comer con patatas...que más da, le pondremos ketchup, no?

Y encima, mi profesora de piano no me deja tocar en la audición la canción de Yiruma que tanto me gusta y que hasta ella piensa que me sale preciosa (en el mp4, canción Kiss the rain). Pues no, ahora la señorita empeñada en que tengo que tocar algo más...clásico. En otros términos, no deja que toque mi propia música. ¿Pero qué clase de profesora hace eso? Hasta ahora creía que ser profesor incluía la tarea de animar a los alumnos a hacer lo que nos enseñan, pero a la vez que nos guste y disfrutemos de ello.
Parece ser que me equivocaba.

Aggh, ¿y sabéis que me joroba mucho?
No, claro que no, ¿cómo ibáis a saberlo? Pero pensándolo mejor, ya os he "amargado" poquito, pero suficiente por hoy.
Próximo día, más verdades que contar.

De mientras, intentaré buscar mi rumbo, en una brújula que por lo visto señala a ninguna parte.

No hay comentarios: